Netzahualcóyotl
(1391 - 1472 )
Rey poeta Chichimeca
Netzahualcóyotl, cuyo nombre significa " Coyote hambriento ", era hijo del rey Chichimeca - Texcocano Ixtlixóchitl, " Flor de pita o maguey ", y adoptó aquel nombre cuando quedó huérfano y se vio perseguido sin tregua por quienes habían matado a su padre y usurpado su trono; pues su nombre original era el de Acolmiztli, que significa " León fuerte ". Ixtlixóchitl, su padre, había contraído matrimonio con la princesa nahua Metlalcihuatzin, hija del primer rey Azteca, Acamapichtli, concertando con esa boda la alianza con aquel pueblo que surgía tan aprisa y prosperaba.
De ese matrimonio real nació, en 1391, el niño Acolmiztli, que con el tiempo habría de ser el famoso Netzahualcóyotl. Este creció llegando a ser un joven guerrero de gran valentía, pero también con gran afición a los estudios y a las ciencias; tenía apenas unos 18 años de edad, cuando un sinnúmero de movimientos políticos y guerreros, provocados por el señor de Azcapotzalco, Tezozómoc, el más poderoso del Valle de Anáhuac, provocaron que su padre fuera arrojado del trono de Texcoco y tuvo que huir con su hijo, para esconderse en un bosque cercano, en donde vivió en algún tiempo.
Netzahualcóyotl quiso luchar, para defender su reino, pero su padre, conociendo la superioridad bélica de Azcapotzalco sobre Texcoco, no quiso que se sacrificara inútilmente, sino que le recomendó permaneciera oculto y fuera luego a pedir el auxilio de los Mexica, cuya sangre llevaba también, y sólo cuando organizara un poderoso ejército recuperará su trono. En 1418, estando ocultos padre e hijo en las cuevas de Cuauhyacac y Tzinacanoztoc, fueron rodeados por los perseguidores que en su contra enviaba Tezozómoc, quien sabía que no estaría acabada su victoria mientras vivieran ambos, pues podrían pedir y lograr ayuda de los reinos vecinos.
Ixtlixóchitl dispuso que Netzahualcóyotl se ocultara en el bosque vecino, mientras que él, con los pocos guardianes que le quedaban, ofrecía resistencia a sus captores; y así se hizo, viendo Netzahualcóyotl como su padre moría en la refriega. Fue entonces cuando Netzahualcóyotl adoptó ese nombre y se dedicó a huir en los siguientes años, llegando a la patria de su madre, a Tenochtitlán, donde se guareció. De ahí salió a recorrer muchos pueblos, con el fin de atender las mejores artes de la guerra, del gobierno y del conocimiento humano, captándose a la vez amigos, aliados y simpatizadores hacia su causa. Y así llegó a ser un hombre extremadamente culto y civilizado, dueño de grandes conocimientos humanos.
Pacto la alianza con el rey de los Mexica, Itzcóatl y con el señor de Tlacopan o Tacuba, Totoquihuatzin, nieto de Tezozómoc e hijo de Tayautzin, quien deseaba vengar la muerte que a su padre le infirió su propio hermano, el rey Maxtla, tío del mismo Totoquihuatzin. Los ejércitos Mexica y Tlacopa, con el de Netzahualcóyotl formaron un ejército con sus adeptos texcocanos, logrando vencer a los que comandaba el rey Maxtla, a quien Netzahualcóyotl logró aprender durante la batalla, matándolo con sus propias manos. Otra vez en Texcoco, Netzahualcóyotl empezó a gobernar en el año 1431, reinando 41 años más, siendo el rey más sabio, inteligente y brillante.
Hizo construir en Texcoco, capital del reino Acolhua o Chichimeca, los más hermosos jardines elevados que se conocieron en América, semejantes en fama y hermosura a los famosos orientales de Babilonia. Construyó palacios, monumentos, acueductos, baños e infinidad de edificaciones que hicieron de Texcoco una grande y hermosa ciudad; pero además de esas artes constructivas, cultivó y difundió las ciencias y las bellas artes; expidió leyes sabias, compuso inspirados versos y fue un señalado filósofo. Muy del año de 1472, rodeado del afecto y admiración de su pueblo dejando el trono a su hijo Netzahualpilli.
Niwinti, nichoka, niknotlamati, nikmati, nik-itoa, nik-elnamiki: ¡maka aik nimiki, maka aik nipoliwi! Inkan ahmicowa, inkan ontepetiwa, in ma onkan niauh: ¡maka aik nimiki, maka aik nipoliwi! | Me siento fuera de sentido, lloro, me aflijo y pienso, digo y recuerdo: ¡Oh, si nunca yo muriera, si nunca desapareciera!... ¡Vaya yo donde no hay muerte, donde se alcanza victoria! Oh, si nunca yo muriera, si nunca desapareciera... |
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